UN
REGALO
Hay amaneceres en los que uno
se siente tan vacío que ni siquiera sabe si es el mundo el que se ausenta, o si
es uno mismo quien se ha ido.
Todo es nada y silencio dentro
y fuera. Desconcierta, porque al menos en lo que hace a mí, suelo sentirme
llena de voces en lucha que van ganando batallas, nunca guerras, según pasan
horas, amores y quehaceres.
Así fue esta mañana con los
ojos abiertos a un cielo neblinoso, sin conciencia de espacio ni de tiempo.
Mas, ¡a no preocuparse, por favor! El mundo es plenitud de timbres, gruñidos y golpes que nos hacen
saber que allí está y nosotros en él. Entonces, tan súbito como los halcones
sobre las palomas, caí en el día 12 del mes de abril de un año que no parece
ser el del Señor, en las urgencias de un abismo que decía «estás a tres días
del 15, y de tu acertijo, ¡ni miras!»
Sin embargo en estos días
había leído historias dignas de leyenda, otras llenas de gracia y humor,
también las que me hicieron volver a la infancia, mundos de fantasía y hasta de posibles realidades
poniéndole calor a la ciencia. Así, mis compañeros lejos de merecer mi cobarde
silencio, merecían un regalo por pobre o mediocre que resultara a ese
Tintero de Oro.
Aquí va, acaso mal empaquetado
y sin moño, pero con todo el afecto y el respeto que me merecen:
Como la sangre que brota limpia,
y ya sucia vuelve al corazón de origen,
a todos sirve y en todos reina.
Desde ese origen, germina en la cabeza,
florece por el oído y por los ojos,
saldrá de tu boca y, por fin, de tus manos.
Tiene múltiples caras, variados colores,
ardides y engaños;
mas a solas contigo,
la verdad exige,
o se alejará en el viento.
Como los gorriones,
está donde está el hombre.
Cuando se vaya el último,
con él también se irá.
Sin embargo,
un
carbunclo en la tierra
y
Aldebarán en el cielo
desde el comienzo fue.
Seguramente a todos resultará
muy sencillo y le darán respuesta inmediata. De no ser así, cosa que dudo, el
16 la pondré en el blog.
Abrazo el oficio y con él a todos.
(379 plbs.)