El día en que nació, su tío veinte años mayor dijo a
su padre ─ Ésta la reservas para mí.
Al cumplir los doce,
su madre le habló ─ Conoces a tu
tío. Será tu marido. Obedece y calla.
Salía él a sus negocios y ella sacaba el cajón de juguetes
para vestir muñecas. Enterada la madre, ante el primer embarazo, se lo
escondió. Veintitres hijos parió. Sólo cinco se malograron. A los cincuenta
años, la cabeza perdida, Ana preguntaba ─ ¿Quién me ha quitado mi cajón de
juguetes?
Ayer no más, a principios del siglo XIX en la Gran
Aldea.
Te encontre XD
ResponderEliminarLo dije en literautas y lo digo aqui, es una pena que este relato tenga paralelismos en la realidad, pero esta completamente genial n,n
Gracias Dark . Estoy deseando leerte en Soy tu phan n°1. Un abrazo
EliminarHola. Me agrada mucho haber encontrado tu blog. Buenas historias.
ResponderEliminarSaludos.
Hola Leonardo, gracias por la visita. ¿Tienes algún blog donde pueda seguirte mientras pasan estas largas vacaciones de Literautas?
EliminarSaludos