La llegada del pavo real causa una gran
conmoción en la granja. El establo, el corral, la pocilga, el
cobertizo, parecen una orquesta desafinada con todos los sonidos que salen
de los sorprendidos animales. Perro y gato desde el lugar
privilegiado de su libertad y su proximidad con el patrón, miran una jaula
enorme, larga y alta que los hombres manejan con dificultad y cuidado. También
los gorriones revolotean parloteando como siempre, cerca, pero guardando
distancia.
Ponen la jaula en el claro. Saben que el recién llegado elegirá su árbol y la rama que le convenga para dormir. El pavo real sale con
cautela y cierta majestad. Mira su entorno, sigiloso da una vuelta y abre su cola. Los gorriones enmudecen. El
perro, inmóvil, no se atreve a ladrar, respira agitado con toda su lengua afuera. El
gato salta a una rama y clava sus ojos en esa cola desplegada. El gallo vuelve
al corral con aparente indiferencia. Uno de los hombres dice en voz baja:
—Es
magnífico.
Así, en los días siguientes todo gira en derredor del
“nuevo”. Las gallinas cacarean un: «puro anillo, puro anillo, ni siquiera le
trajeron hembra para poner huevos. Nosotras estamos todo el día criando
pollitos y alimentando a otros con nuestros huevos.» El gallo quiquiriquea: «
si hablamos de crestas, la mía es más vistosa, yo soy apenas más bajo.» Las
cabras opinan: «demasiados colores, me, me parece feo un animal azul.» El cerdo
murmura ronco: « es un vanidoso y orgulloso. No le preocupa nadie más que él.»
Los únicos que no opinan son el perro y el gato. Ambos lo observan sin
acercarse demasiado.
Una tarde que amenaza lluvia, el pavo real vuelve a
abrir su espléndida cola. Ya con más confianza, el perro le pregunta:
—¿Por
qué hacés eso?
—¿Y
vos por qué estás siempre jadeando con la lengua afuera?
El gato le maúlla meloso:
—¿Sabés
por qué te han traído?
—No, allá de dónde soy los otros animales me
respetan, porque para cuidarlos soy
perro y gato a la vez, cazo alimañas, y los hombres me consideran sagrado. Mi
dueña es una diosa. ¿Saben por qué me odian aquí? Yo no molesto a nadie…
El gato se mueve sinuoso, y dice:
—Nuestra
belleza molesta a muchos.
Guau, ladra el perro enfurruñado:
—No
es para tanto, ¿no? Quizás un día de estos te pongan a prueba.
—Entre
tanto, vos que los dirigís y los cuidás en nombre del patrón, ¿por qué no los
invitas a reconocerse en los ojos de mi cola? Tal vez se callarían un poco.
El pavo real vuela a su rama preferida, no muy alta
pero bien protegida de la lluvia y se acomoda dispuesto a dormir. El gato, con
el primer trueno, corre a la casa a refugiarse
en las faldas de su ama. El perro va ladrando, empujando a todos a sus
corrales. Un cabrito se escapa. El perro lo corre y lo lleva de vuelta, pero en
el apuro engancha la pata trasera en un
alambre. Llega a la casa lloroso y malherido. No saldrá en varios días.
Escampa. El
perro no aparece. Hay cierta desazón en establos y cobertizos. Les gusta que
los cuide, pero la independencia no está mal. Sabrán cuidarse solos. Al salir
de su refugio bajo el alero, los gorriones perciben un movimiento muy rápido en
el pasto crecido y gritan: «yarará,
yarará.»
La serpiente avanza hasta una piedra al sol y desde
allí, muy educada y sinuosa, les habla: «Shh, shh, shé que me temen. Creen que
vengo a comerme sus crías y a envenenar al que se ponga cerca.
No es así amigos, vengo a cuidarlos. He
observado que tienen un orgulloso rival gracias al cual el hombre ya ni
siquiera los mira. Les propongo un trato. Mientras el perro no venga, yo me
quedaré bajo esta piedra vigilando. No me acercaré a sus crías ni a ninguno de
ustedes, los protegeré y si el pavo real se acerca, lo morderé para liberarlos
a todos de un inútil aristócrata que come ratones y otros animales cuando
nadie lo ve. Es peligroso. Engaña con lo único que sabe hacer, desplegar su
cola para que lo admiren.»
Las gallinas tienen todos sus pollitos bajo las alas y
el gallo lanza un desafiante grito. Vacas, cerdos, cabras, no dicen ni mu.
En la noche ulula el grito del búho varias veces. Solo
el pavo real endereza su cuello un instante, y vuelve a dormir. A la mañana faltan varios pollitos, hay huevos
mordidos y un lechón muerto de una picadura.
«Juro que no fui yo. Estuve toda la noche bajo la
piedra.» Sisea y sisea la yarará ante animales que parecen dispuestos a
pisarla, a atacar, pero no se atreven. «Iré en busca del pavo real, lo obligaré
a confesar y lo mataré», protesta furiosa mientras sale de la piedra y empieza
a avanzar.
No va muy lejos. Imponente, aparece el pavo real.
—¿Me
buscabas?
—¡Traidor,
mentiroso! Mirá lo que hiciste, y los otros me culpan a mí. Antes de darte
cuenta estarás muerto, —salta
la yarará mordiéndolo.
El pavo real sangra pero no cae y pica a la serpiente
hasta verla inmóvil.
—Por
si no lo sabés, soy el único capaz de digerir tu veneno y transformarlo en algo
bueno. Para eso sirvo.
Hermosa fábula con varias reglas y consecuencias implícitas. Dependerán del lector en cada caso. Me parce un gran acierto. Para nota.
ResponderEliminarGracias Barry! Muy impresionada por tu pronta respuesta. Acabo de subirlo con un millón de dudas. Un saludo
EliminarMucha suerte, Juana. Un cuento precioso.
ResponderEliminarGracias, Marta. Yo ni he comenzado a leer los relatos de los compañeros. Pero prometo ponerme al día. Un abrazo.
EliminarHola Juana, ay que yo no me fiaría de esa serpiente, la veo muy embaucadora. Que forma de engañar a los inocentes, zamparse los huevos y pollitos, hasta muerto el cerdito y echarle la culpa al ave azul. La verdad es que no me imagino en que cosa buena es capaz de convertir ese veneno de la siseante. Me ha gustado. Un abrazo
ResponderEliminarClaro que no, Emerencia, pero nosotras ya estamos escaldadas y con un poco más de conciencia. Estos animales todavía son un poco ingenuos.
EliminarGracias por la visita. Retribuiré todas en los próximos días Un abrazo
Buen relato, pero le haré una segunda lectura para nota. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Mamen, yo ni siquiera he comenzado por las primeras lecturas. Nos leeremos. Es muy difícil elegir entre compañeros tan talentosos.
ResponderEliminarRetribuiré tu visita en todos estos días. Un abrazo
Hola Juana. Los animales de la granja eran todos unos criticones que decidieron fiarse de la peor de las alimañas. Me gustaría saber qué pensarán ahora que el pavo real ha demostrado su inocencia.
ResponderEliminarUn saludo y mucha suerte.
Hola Bruno
EliminarSí es así. También a m+i me gustaría saber cómo se comportarán con el pavo real a partir de ahora. Recién hoy empezaré a leer a los compañeros, pero aunque atrasada quiero felicitarte por tu tintero del mes pasado. Un abrazo
Hola, Juana. Me gusto mucho la idea. Hermosa fábula. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Mirna, recién hoy empezaré a retribuir visitas. Un abrazo
EliminarHola, Juana. Tu fábula es muy buena, me ha gustado mucho. A lo mejor se me ha escapado algo, pero ¿qué papel juega el búho en la historia? Para mi gusto, yo dejaría el título como "la serpiente y el pavo real". El resto, magnífico. Felicidades y mucha suerte.
ResponderEliminarHola Beri, gracias por tu comentario. Lo pensaré. Tal vez haya dado por supuesto algo que no llegué a aclarar en las 900 palabras: El buho avisa desde lejos porque se sabe descalificado también, aunque en su caso por feo, nocturno y solitario, y ni siquiera el pavo real llega a llevarle el apunte.
ResponderEliminarBueno, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno, decía mi abuela. A veces una imagen mental se vuelve confusa y demasiado en la totalidad del relato. Gracias de nuevo por tu valiosa opinión. Un abrazo
Hola Beri: quería comentarte que me ha resultado mejor tu idea y que el búho ha desaparecido del título. Después de todo, es nocturno y no se deja ver fácilmente ¿no? Gracias por el consejo
EliminarOtro abrazo
Ya veo Juana que conseguiste volver a subir el cuento, donde los animales no son demasiado diferentes de los humanos. La envidia, la vanidad... de hecho solemos adjudicar la fidelidad, a los perros; la agilidad, a los gatos; la astucia a los zorros; el alboroto a las gallinas; la locura a las cabras; de los cerdos dicen que son guarros.
EliminarEl chico nuevo de la granja (el pavo real), ha despertado expectativa y envidias.
No sabía lo de la víbora “yarará”, así que te leo y aprendo. Ni que el pavo puede digerir serpientes sin que les afecte su veneno.
Sobre el fuera y afuera siempre me lío. Creo que se debe decir con toda su lengua fuera en vez de afuera, que algún compañero me corrija si no es así. Según la RAE (esa señora tan limpia y pulida), en el español dlatino de América, en registro coloquiales y populares, no es infrecuente, incluso el uso con la preposición “de”, " y como leo que usas o "usás", el modo de hablar argentino, me parece que es no solo correcto sino adecuado. En fin, que nos enriquecemos con los diversas formas y variante de nuestra maravillosa lengua “allende los mares” y más allá de nuestras fronteras, con los hispanos parlantes que nos han dado tanta y buena literatura.
Un abrazo de los gigantes, Juana.
Gracias Tara por todo. Tu lectura atenta, tus detalles, tu cariño (sobre todo est9. La verdad es que en cuanto al "fuera" y "afuera" me pasa lo que a ¿tí? a ¿vos?. En "argentino" lo decimos como lo puse, pero muchas veces trato de escribir en lo que se llama "español neutro" para no descolocar a mis buenos compañeros de la "madre patria" Resultado: ya no sé en qué escribo. Para esta ocasión quise, sí, escribir en argentino y si me hubiera animado hasta en lunfardo. Me parecía lo más apropiado a mi historia. Veremos en la próxima. Otra vez gracias .Gran, gran abrazo
EliminarBuenas tardes. Tu relato nos enseña que no hay que fiarse de los que se erigen como cuidadores. Pueden ser serpientes traidores que inyecten su ponzoña, enfrentando a unos contra los otros.
ResponderEliminarTampoco la soberbia y la vanidad son buenas consejeras en el caso del pavo real, aunque este sí terminó con la amenaza.
Un abrazo.
Me gustó mucho tu fábula, buen mensaje siempre la serpiente desde la creación engañando a hombres y ahora en tu fábula a animales. Éxito en el Tintero de Oro en la XVIII Edición.
ResponderEliminarHas creado una ingeniosa y original fábula con una estructura estupenda. Me has enseñado varias cosas, entre ellas descubrir que el pavo real no solo es un ave decorativa, sino una experta cazadora de serpientes que digiere su veneno y la existencia de la onomatopeya quiquiriquea.
ResponderEliminarSu mensaje contiene varias enseñanzas:
1- Las apariencias engañan.
2- La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente. (Ovidio)
3- Deberíamos tener miedo de ser iguales, no de ser diferentes.
4- Desconfía de los charlatanes manipuladores.
5- Las palabras que no se demuestran con hechos no valen nada.
Estoy segura de que los inocentes animales acogerán estupendamente al pavo como líder, después de aprender su lección y a ti, compañera mis felicitaciones por tu buen trabajo.
Un saludo.
Un aplauso, Juana. En tensión me ha tenido la lectura hasta ese inesperado broche final.
ResponderEliminarEl comienzo es de lo más impactante con la llegada del pavo real a la granja. Los cotilleos de los otros animales incluido el celoso gallo están magníficos por lo expresivos que son. Perfecta similitud a un patio de vecinos cuando llega uno nuevo. He visto enmudecer a los gorriones, pero al ¿búho?. Con la llegada de la yarará intuí el final trágico del cuento, pero tu gran estrategia de escritora le dio una vuelta más y me encantó.
¡Felicidades y suerte en el Tintero!
A todos los que han tenido paciencia con mi ignorancia informática, y han vuelto a leer y comentar, muchísimas gracias.
EliminarMaría Pilar, creo haber tenido algún inconveniente con la publicación de comentarios en tu blog. Dos veces lo intenté y no estoy segura de haberlo logrado, pero tu historia me pareció de primera. Un abrazo
Parecía que el pavo Real no tenía más que una función decorativa, pero finalmente resultó vital para la seguridad del resto de animales. Tu relato cumple sobradamente la premisa de la convocatoria de la moraleja implícita en el relato, pues de su lectura se desprenden varias enseñanzas. Llegando al final pensé que la serpiente se saldría con la suya y el pavo saldría mal parado, pero nos reservabas un final original. Muchas suerte en el concurso, Juana. Un saludo.
ResponderEliminarHola Juana
ResponderEliminarDivertido, interesante y original tu cuento del pavo real...
Me ha gustado mucho, desconocía los detalles que nos cuentas de los pavos R.
No hay que fiarse de las apariencias y mucho menos del que dice yo te voy a cuidar.
Un abrazo y suerte
Hola, Juana.
ResponderEliminarPaso a paso he llegado. Esto de los animales da un juego que hasta ahora no había imaginado. Tu cuento es un reflejo fiel de la vida misma. Ahí estamos representados. Respecto al verdadero culpable, qué quieres que te diga, yo no lo tengo tan claro como dicen otros comentaristas. ¿Por qué vamos a creerle al pavo y no a la yarará? o a la inversa. Algunos se llevan el "sanbenito". Hay que investigar más, mirar las pruebas, testigos si hay... Bueno, confieso que la yarará no me parece que pueda ser mala con ese nombre y el pavo me había caído gordo.
Bonito cuento. Suerte en el Tintero.
Se me olvidaba. La frase que empieza con "Antes de darte cuenta estarás muerto" parece que es un diálogo. Le falta la raya. Vale.
ResponderEliminarIsan.
ResponderEliminarSeguro que falta ese guión? Para mí no va porque forma parte de todo lo que espeta la yarará que empieza con:-Traidor... y ahí sí está el guión. Pero me has hecho dudar. Gracias por eso. Buscaré Un abrazo
Hola de nuevo.
EliminarTienes razón. No lo había visto como continuación del diálogo. Tengo que fijarme más antes de acusar como una yarará cualquiera.
Saludos.
Una fábula ejemplarizante con una gran variedad de personajes, muy bien recreados, y diálogos ágiles que hacen el relato fluido y ameno. La trama es ingeniosa y crea la adecuada tensión narrativa hasta resolverse en ese sorprendente final. Funciona acertadamente la dualidad bueno/malo con el pavo real y la serpiente. Al final, todos los animales, incluida la serpiente, aprendieron una inolvidable lección. Y yo también me incluyo que no conocía lo de la inmunidad del pavo real. Suerte en El Tintero. Un abrazo, Juana, desde este lado del océano.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco por tu atenta lectura y evaluación. Me alienta en una época en la que estoy bastante desencantada con mi trabajo.
EliminarUn abrazo
Hola, Juana: Me encantó tu historia que remite a la sociedad humana de hoy y de siempre: la vanidad, la envidia, la desconfianza, la violencia, la traición. El parlamento del pavo viene a cuento como moraleja: Sé fuerte, para digerir la envidia. Agrego: No renuncies a tus dones.
ResponderEliminarUna fábula muy bonita, Juana, has plasmado una historia con mucho del mundo real. La envidia, el miedo a lo desconocido, la manipulación. Y el final genial, me dejaste con la sana incógnita de saber quién fue en realidad el culpable del supuesto crimen. Para mí fue el pavo, je, je.
ResponderEliminarMe gustó mucho, felicidases, suerte y un abrazo.
Interesante historia. Lo nuevo genera desconfianza y la traición está presente ¿Quién fue el culpable? Me gustó ese final abierto. Un abrazo🐾
ResponderEliminarComo bien ha dicho Tara, se nota la mezcla de la forma de expresión de los dos hemisferios, aún así la historia igualmente está impecable. Cada animal con su personalidad me ha encantado, lo he disfrutado mucho y el final de serie: para continuar contando la vida de esos personajes en siguientes capítulos. La serpiente muy serpiente, no hay más que agregarle.
ResponderEliminarDos besos y mucha suerte, Juana.
ResponderEliminarHola Juana
Entretenido, muy divertido relato, me gusta la trama, es realmente maravillosa, y me encantaron los diálogos. "No todo lo que brilla es oro" y la serpiente los manipulo con engaños. Bien dice el dicho: :"Cuida bien lo que haces, no te fíes de rapaces"
Te deseo mucha suerte en el concurso!
Abrazo
Mucho que pensar! Buen relato.
ResponderEliminarUn abrazo
Una fábula preciosa, cuánto temor a lo desconocido. Mucha suerte en el Tintero. Un saludo.
ResponderEliminarMuy buen relato que nos muestra los vicios y defectos humanos encarnados en los animales de una granja. Bien relatado y con una o varias enseñanzas. Me ha gustado mucho. Saludos y suerte en el Tintero.
ResponderEliminar