A la memoria de Uri Ruiz,
A la de Federico Tomé,
y a mis hermanos Mónica y Miguel.
O Que
E, O Que E
Apesadumbrada, desconcertada, triste. No entiende lo
que le pasa. Lleva en sus manos una cajita con las cenizas de su compañero
de vida. Y ahora, ¿qué? No más su voz, no más sus pasos, no más sus rezongos.
Un vacío a su alrededor. Eso es todo.
Al llegar a la plaza, se sienta a la mesa de un café
sin saber bien por qué. Acaso el sol, o la frescura del aire. Tal vez no querer
llegar a casa. Está muy lejos de sí misma. Porque el camarero se acercó y
preguntó, pidió un café. Una escena automática: se acerca un camarero y quien
está a la mesa dice «un café, por favor». No hay necesidad de pensar.
En la plaza, dos o tres músicos brasileros se ganan el
día. Oye: «…é un soplo do Creador…». María Bethania la empuja a su infancia.
Todavía oye la voz de su madre callándola cuando toda la familia cantaba a coro
y ella era la única que desafinaba. « Saraaa…». Dejó de cantar hasta en la
ducha.
Siguió escuchando :«Viver, e n~ao ter vergonha de ser feliz/ cantar a beleza de ser un eterno aprendiz/ Eu sei que a vida devia
ser bem melhor, e será/ mais é bonita, e
é bonita».
Algo como despertar a un amanecer, la lleva a ponerse
de pie, y sigue a los músicos cantando: «mais é bonita, e é bonita».
«Vamos viejo, a
cantar otra vez!»
(246 palbs con el título)
Hola Juana. La música siempre canta a las cosas de la vida, el amor, el desamor, la esperanza o su contraria... a veces resulta difícil encontrar motivos para seguir adelante, pero la vida toca vivirla hasta el final, y mejor hacerlo con alegría que con tristeza. En ocasiones una simple canción nos anima a buscar ese motivo para continuar. Y si, a veces la vida es bonita, otras veces no, pero hay que seguir adelante. Un abrazo.
ResponderEliminarAsí es, Jorge. Y bien vale la pena seguir adelante. Ya la misma vida nos dejará de lado a su tiempo. Mientras haya música alegre o triste, a vivir!
ResponderEliminarHola, Juana. Es impresionante el poder que puede tener unas pocas notas musicales, hasta el punto de ayudar a nuestra protagonista a seguir adelante.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar. Un abrazo grande.
Gracias Bruno por tan bella propuesta. Un abrazo grande.
EliminarLa música sin duda es poderosa, es capaz de acompañarnos y consolarnos en los momentos más difíciles! Un abrazote!
ResponderEliminarGracias, Marifelita. Otro grande para vos
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ResponderEliminarHola Juana por segunda vez una historia esperanzadora aunque triste nos dicen que la vida sigue y es cierto. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Juana, sin dudas la vida continúa a pesar de todo, sin dudas cuesta reponerse a las pérdidas, ver que todo queda reducido a cenizas, aunque el alma sin dudas desde otro plano observa, vive y espera a que llegue su ser amado, a su tiempo.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Hola Juana.
ResponderEliminarLa música es vida, es refugio, es la mejor compañía para seguir el camino, pase lo que pase. ¡Precioso relato!
Un abrazo grande.
Marlen
Un micro precioso, Juana. Muy triste pero lleno de ternura.
ResponderEliminarIncluso en momentos difíciles la música puede reconfortarnos. Un microrrelato muy duro y a la vez muy esperanzador. Diría, que tremendamente real.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, Juana, precioso micro, lo dices todo sin decir nada, la melancolía, la certeza de que lo que no somos nadie y lo que nos rodea menos todavía, pero ahí está la música (brasileña además), para ayudarnos a levantar cabeza.
ResponderEliminarMuy buen aporte, compañera.
Un abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAy Juana, me pillas con la marea baja, mejor me voy tras de ti a bailar. Un besote
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