Humo gris y negro se arremolina formando los rostros y
apariencias de los demonios que lo habitan. Roncos alaridos salen de sus fauces llevados
por el viento. Rojos y amarillos sucios
arden e iluminan la extraña belleza de la destrucción. –Todavía
no viste nada~ piensa.
Al otro lado de la ruta, surgida de quién sabe dónde, una criatura desgreñada, semidesnuda, la boca
en un pozo de dolor, pavor en la mirada sin lágrimas, parece pedir ayuda
extendiendo sus manos. –Ahora o nunca~ se dice.
National Geographic
Magazine lo premió por la mejor foto del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario