Cuchicuchi, la mascota-robot de Madame La Nube, hace
días anda inquieto, torpe. Tropieza con puertas, columnas, árboles, escalones. Pequeños
rayos azules salen como cortocircuitos cuando sacude su cabeza nervioso. Madame
La Nube le pregunta si se siente mal; él no contesta. Lo reta; se retira
resentido. Lo obliga a un service completo más frecuente. Nada sirve.
Adelaide, así se llama en realidad Madame La Nube,
está preocupada. Su robot es muy curioso, espía a las chicas del burdel y a los
vecinos del pueblo. Es su mejor informante. Por eso, ella accedió a prestarlo a
la policía para investigar un crimen sangriento de una niña en el que han
encontrado un cuchillo manchado de sangre pero sin una sola huella digital.
Ahora se pregunta si ha hecho bien. Su mascota es muy sensible.
En la vereda, Adelaide sentada en su hamaca contempla
un crepúsculo rojo intenso que amenaza mal tiempo. Cuchicuchi llega a su
lado y al ver el cielo grita:
—¡Sangre
del cielo!
—¿Qué
sabés vos de la sangre?
—A
la chica se le fue toda…
Madame La Nube
lo ve temblar mientras el robot pone sus manitos metálicas sobre sus
pechos.
En una especie de sollozo, Cuchicuchi dice:
—Yo
también quería calor vivo.
¡Qué propuesta tan original, Juana! La madame de un burdel y su mascota robot, humana como se han visto pocas, se bastan para dar fuerza a un micro en el que no falta el toque de novela negra. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarTe envío un fuerte abrazo libre de riesgos, compañera.
Hola Patxi, qué bueno reencontrarnos! El micro fue un reto en sí mismo, quería que la policía representara al primer personaje para no enredarme en descripciones largas, el segundo se me presentó como la imagen que puso David y que en principio servía para que no supiera mucho de ciertas diferencias. La madama ya estaba, el crimen también... Pero luego a raíz de tristes situaciones familiares anduve distraída y en La Nube y sin querer borré todo. Lo recompuse como pude. Un abrazo de los de pre-pandemia
EliminarAgradezco muchísimo que disiparas mis dudas al leer tu futurista historia, pues este disparador de ideas (Storynator) es tan eficiente, que en este caso al mencionar los personajes, no terminaba de comprender qué papel jugaba "Cuchicuchi", si era un robot investigador o hacía el papel de desatascador de alcantarillas..., ya que no queda demasiado explícito en la historia, pues más bien encaja en la primera opción de acuerdo al desarrollo que con tanta imaginación y originalidad supiste crear. Te lo comento a título de establecer una cierta coherencia que echo en falta, ya que como desatascador de alcantarillas no hay referencia alguna, cosa que como investigador hay suficientes descripciones que así lo demuestran.
ResponderEliminarEn general me ha gustado la combinación de estos dos excéntricos personajes en una historia policiaca futurista, algo muy original y con un desenlace desconcertante, gracias a las cualidades extraordinarias de la mascota-robot.
Un abrazo, Juana.
Me refería al principio, a que después de leer tu comentario a Patxi, supe qué papel jugaba "Cuchicuchi" en tu micro.
ResponderEliminarHola Estrella, comprendo tu desconcierto. Yo misma no estuve muy segura adonde me llevaba la historia hasta que encontré en mi cabeza las últimas palabras de cuchicuchi. Gracias por tu comentario. Un abrazo
Eliminar¡Hola, Juana! Jo, ¡hasta dónde te llevó el disparador! De un investigador taurino a un robot enternecedor... bueno, a su manera, claro. Me gustó mucho ese giro en el que el robot se muestra como el asesino, pero cuyo motivo estremece. Me trajo a la memoria una sensación parecida a cuando vi Frankenstein y este ahogó a la niña. No por maldad, sino porque la vio tan hermosa como las margaritas que arrojaba al lago. Te agradezco mucho el esfuerzo por recomponer el argumento que te facilitó Storynator para ofrecernos este micro y este personaje tan sugerente. Un fuerte abrazo!!
ResponderEliminarDavid, ¿tú me agradeces? El mundo se dió vuelta. He sido molesta y pesada, pero todo me puso tan nerviosa que no sabía qué hacer y a quién recurrir. O sea, la agradecida soy yo a tu paciencia y a tu buena voluntad. Muy contenta de que te haya gustado. Un abrazo.
Eliminarl
Hola, Juana. Un relato realmente original. Me ha gustado muchísimo el desenlace. Felicidades.
ResponderEliminar¡Qué bueno, Marta! Sabrás lo que alientan los comentarios de las compañeros. Ya iré devolviendo visitas, después de la tormenta.
EliminarUn abrazo virtual.
Hola Juana. Vaya giro de tuerca nos has traído. El generado no to lo ha puesto fácil pero has sabido salir bien del paso.
ResponderEliminarUn saludo enorme.
Gracias Bruno.
EliminarUn abrazo
Hola,
ResponderEliminarMagnifica creatividad futurista puesta en nada menos que un burdel con ese robot de doble personalidad. ¡Me encantó!
Un saludo
Yessykan, muchas gracias por tu comentario tan entusiasta. Estoy muy atrasada con la lectura como habrás visto. Haré lo posible.
ResponderEliminarUn abrazo grande
¡Madre mía Juana! ¡Vaya con la historia que te tocó!¡Cómo para que te fíes de las mascotas!
ResponderEliminarNo es fácil, has conseguido darle un soporte con cierta coherencia, a pesar de las locas premisas, y casi lo más importante del micro, el final muy bueno.
Un abrazo de los fuertes, Juana.
Qué bien hacen tu visita y tu comentario, Tara. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo obligadamente virtual, pero de los de calor vivo.
¡Vaya con la mascota-robot! Hay cosas, especialmnete artilugios, que se pueden escapar de las manos si no están perfectamente programados, je,je.
ResponderEliminarA pesar de ser una versión libre del argumento creado por el Storynator, me ha parecido de lo más original.
Un saludo.
Cierto que es una historia que se sale de la onda del convencionalismo. Cuando leía, me parecía estar viendo al strorynator reencarnado (si se puede decir así) en tu robot. Un artilugio sin malicia pero peligroso si está fuera de control o empieza a originar pensamientos propios.
ResponderEliminarTe quedó muy bien.
Un saludo Juana.
¿Soy yo o cada vez veo argumentos más macabros? Menuda imaginación la tuya, Juana, para ensamblar tal disparate, y qué original te ha salido. Magnítfico relato.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Pepe. A decir verdad, se trata de argumentos de robot, posiblemente eso influya en lo macabro. Después está lo que ponemos los humanos, que no somos tan angelicales tampoco.
EliminarUn abrazo
Hola, Juana. Los argumentos del generador son disparatados, aun así has conseguido contar una historia original, con un final que no esperaba de una mascota con un nombre tan cuchi. Me ha gustado.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Carmen por pasarte por mi micro. ¿La verdad? Creo que ninguno de los nacidos hasta ahora sabe qué se puede esperar de un robot, y menos de uno cuchicuchi. Quizás las nuevas generaciones los comprendan mejor. Un saludo
EliminarMe gusta como diste forma a un relato en el que destaca la relación entre los elementos sin discordancia, por truculenta que pueda resultar la anécdota argumental. Gracias, Juana
ResponderEliminar!Hola Juana!
ResponderEliminarQué relato tan original, me gustó como hilvanaste los elementos y el desenlace.
Tu empeño por recuperar el argumento y el relato es una evidencia de que el mensaje que encierra debía salir a la luz.
Creo que las personas están tan entusiasmadas con la inteligencia artificial, que solo ven una cara de la moneda, y llegado el momento, podrían usar su inteligencia en nuestra contra, ya que tendrán la capacidad de pensar por sí mismos, y si siendo los humanos hermanos nos matamos unos con otros, no quiero ni pensar que podrían hacer los robots con nosotros.
Dicho esto felicitarte por tu empeño y desearte una semana agradable.
Hola, Juana. Te voy a ser sincero. A estas alturas estoy bastante harto de este generador de relatos. Lo que en un principio me parecía divertido, ha terminado por parecerme repetitivo, así que los relatos que salen, quitando tres o cuatro excelentes, me parecen que hacemos lo que se puede que ya es suficiente para felicitarnos. Igual si me pillas mañana te diría otra cosa.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola de nuevo. Hoy es otro día y veo las cosas mas calmadas. Creo que ayer la tomé contigo cuando, en realidad, era un desahogo fruto de mi cansancio. Comentando el relato, lo veo abierto a interpretaciones, lo cual le da valor. Me ha parecido que de manera sutil muestras un robot asesino. La forma es elegante y, como te digo, cada cual saca sus conclusiones. Respecto al comentario de ayer sobre el lanzador de ideas, sigo pensando lo mismo: Todos obedecen al mismo esquema precisamente por ser un robot.
EliminarSaludos.
¡Brillante, Juana! Un derroche de fantasía futirista.
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