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VIENTOS
La oscuridad
del abismo llama. Aún no baja la mirada, pero en el horizonte también llama la
oscuridad. Una copa de veneno en una mano, una pistola en la otra. No fallará.
El mundo le ha fallado. Todo cuanto cree merecer y no ha recibido se apelmaza
en nubes de resentimiento. Colores sucios. Un silencio ominoso. No hay lágrimas
ni autocompasión; tampoco una nostalgia o un recuerdo de infancia. Nada que se
parezca al amor. Sólo odio. Un odio atroz vuelto contra sí mismo. Basta romper
el equilibrio con un movimiento cualquiera, la punta del pie que se desliza
hacia el vacío, la mano temblorosa que intenta afirmar el arma, la rendición en
la cintura que se pliega, o beber, solo beber. Quizá sea lo mejor. Pero su
cabeza no cesa de lucubrar, dudar, especular en una ronda sin fin.
Por un
instante parece que el universo entero estuviera pendiente de su decisión. Un
aire muy sutil sopla su nuca. ¿Acaso las plumas de un ave? Se repite algo más
fuerte.
La lluvia se
abalanza sobre la tierra y allá lejos, detrás de él, sube el canto de una
alondra.
Deja caer el arma al vacío, derrama el veneno entre las piedras dando la espalda a la negrura, y se vuelve ahora de cara al viento que lo llama en
el canto de la alondra.
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225pps. con
título
Citas: …No,
lo último es la soledad del hombre,/la soledad del mar,
la soledad
de Dios cuando está a nuestro lado
Y no vemos
otra cosa que una sombra o un silencio.
Mario
Morales (1936-1987)
…
Cantar es en
verdad otro aliento,
Un soplo en
torno de nada. Un vuelo en Dios. Un viento.
Rainer
M. Rilke (1875-1926)