Lidia llora tratando de despertar a Mozart, su gato,
que parece dormir plácidamente a su lado pero en un estado de rigidez absoluta.
Le masajea el corazón, las patas. Llama a Enriqueta, su amiga de toda la vida:
—Enri,
se me murió Mozart —solloza— anoche, en mi cama.
—No, no sé la hora. Sí, le di sus gotas antes de
dormir, pero esto es distinto, no reacciona. Está muerto.
—¿Cómo voy a dejar que lo entierren en cualquier parte
o lo tiren a la basura? Mozart siempre fue mi compañero. Lo quiero cerca.
—Gracias, querida,
en tu jardín estará feliz. Lo envuelvo y voy para allá.
Las cajas de zapatos son pequeñas para Mozart,
pero apretándolo un poco… Lo envuelve en una funda vieja blanca; sin saber por
qué no cubre su cabeza. Ata la caja con una cinta también blanca. Ella va de
negro. Se detiene en la esquina a esperar un taxi.
Pasa una moto a toda velocidad, le arranca la
cartera y la caja tirándola a la vereda.
—Mozart, Mozart —es todo cuanto gime.
La llevan al hospital, pero es tarde.
Entre tanto el ladrón intrigado por el peso de
la caja, la abre para disfrutar su botín.
Mozart salta dando un maullido furioso, lo
rasguña y escapa.
Las viviendas del barrio se derrumban. La
gente se muda desde que por las noches en la esquina donde cayó Lidia se oyen maullidos sin consuelo hasta el
amanecer, pero jamás se ve un gato.
¡Formidable! ¡¡¡Con Ecos Allanpoescos [Y Amo a Poe]!!!
ResponderEliminarPodría decir muchas más cosas, pero es que esta brevedad de comentario que bien te mereces, es La Matrícula de Honor que Yo te daría
¡Hola, Juana! Pues sin duda, yo te daría otra matrícula a añadir a la de Juan. La leyenda urbana perfecta. Imagino a esa barriada harta de escuchar a un gato y preguntarse sobre él. Y entonces, alguien explica que ese gato maúlla por su dueña fallecida. Quizá otro añadirá que en realidad lo que pasó es que esta murió víctima de un desalmado motorista que la atropelló para robarla. Y otro, para más detalles, diría que en ese momento ella llevaba a su gato al veterinario y que ese motorista se lo robó. Y así seguirían añadiéndose detalles para encontrar la explicación a tan molesto maullido para ofrecernos un magnífico relato como el que nos has ofrecido, una historia de terror paranormal muy a lo Poe como ha comentado Juan. Enhorabuena, Juana. Un abrazo!
ResponderEliminarGenial relato, Juana!!!
ResponderEliminarFelicidades. Abrazos.
Ufff, aterrador. Pobre Lidia. Un placer leerte. Abrazos
ResponderEliminarMe gusta mucho. Fina ironía a raudales desde el título. Cinta blanca y ella va de negro. Las viviendas se derrumban. Realidad y fantasía mezcladas. ¡Genial!
ResponderEliminarUn abrazo y salud
Estupendo relato, Juana! Me ha gustado!Saludos!
ResponderEliminarEs que el amor a una mascota es grande, la muerte del uno condujo a la muerte de la otra. Un relato de un horror sobrecogedor
ResponderEliminarLas leyendas en torno a animales domésticas son numerosas y los gatos, no sé por qué, tienen ese halo entre misterioso y siniestro que ayudan a crear mitos verdaderamente inquietantes alrededor de ellos. Me ha gustado.
ResponderEliminarMuy buena historia de principio a fin. Me ha encantado. Creo que he visto un lindo gatito..., jejeje. Saludos.
ResponderEliminarEl gato vengador, muy buena historia.
ResponderEliminarUn saludo.
Cuánta creatividad y creo que has inventado una nueva leyenda. Buenísimo micro, se ajusta perfecto a las características de las leyendas urbanas.
ResponderEliminarSe te ponen los pelos como escarpias. Muy buen micro, Juana. Excelente fusión de realidad y fantasía para desarrollar esta gran leyenda urbana paranormal. En el antiguo Egipto de los faraones se les veneraba y se les asociaba con la protección de las familias. Cuando a un gato le sobrevenía la muerte la familia se ponía de luto. Muy buena leyenda urbana, Juana. Me ha gustado mucho. Un abrazo.
ResponderEliminar¡Pero qué bueno, Juana! Destaco el tono en el que lo has contado, los diálogos, la ironía implícita y hasta he visto la cara del ladrón al abrir la caja del gato resucitado.
ResponderEliminarTe felicito y añado otra merecida matrícula.
Uy, qué buena historia. Esto sí que da para una leyenda urbana en toda regla.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Un saludo.
Muy bueno tu micro, Juana. Has creado un ambiente oscuro espectacular, con tintes Allanpoescos, como bien te señalaron arriba.
ResponderEliminarY su amigo felino, sigue siendo fiel a su ama, incluso después de la muerte.
Muy buen relato. Un saludo.
Hola, Juana. No sé si existe esta leyenda o la has creado, en cualquier caso has dado en el clavo porque es estupenda. Espero que la amiga Enriqueta no sea la de mi relato porque en eso caso la habríamos liado. Felicidades. Un abrazo.
ResponderEliminarSe reunió con su gato, pero parece wue parte del gato se quedó por estos lares. Al final , lauerte de ella trae consecuencias a través del gato , que sin duda la quería tanto como ella a él.
ResponderEliminarTremendo final
Saludosss
Buenísimo, Juana. Un micro con mucha ironía y a la vez tremendamente inquietante. Me ha encantado.
ResponderEliminarMe encantó tu leyenda urbana Juana, muy bien narrado. Abrazos virtuales.
ResponderEliminarMiau, qué historia, es genial. Gracias Juana. Mozart va a seguir dando la la nota por ese vecindario. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Juana. Ya había escuchado este tipo de leyenda en el que un ladrón robsbaz el bolso a una anciana donde lkevadbaz el cuerpo de su gato muerto pero tú le has dado un final fantástico que redondea la historia.
ResponderEliminarFelicidades.
Hola Juana. Terrorífica historia, en la que el espíritu de la mujer, o el del gato, o quizás ambos, quedan atrapados en el lugar del infortunio. magnífica esa escena de desolación final en ese barrio decadente en el que el miedo ha hecho mella. Un saludo.
ResponderEliminarMuy buena historia! No de si la has creado tu o no, pero la verdad es que me ha gustado. Podría ser perfectamente una de esas leyendas urbanas en las que entra en juego el amor animal que, de alguna manera, siempre te llega un poquito más al fondo del corazón. Un saludo!
ResponderEliminarHola Juana , muy buen relato el gato hizo justicia
ResponderEliminarcon el ladrón , pero lo que me da lastima es que lidia muriese.
Te deseo una feliz tarde ,saludos de flor.
Hola Juana, creaste una estupenda leyenda con el gato, y puedo imaginar la cara del ladrón, de seguro que cuando vaya a atracar se lo pensará dos veces por lo menos. Felicidades, lo disfruté.
ResponderEliminarSaludos;)
Hola Juana, que pasada ha sido leerte. Los gatos siempre ganan puntos y no dejan a nadie indiferente, además de tener siete vidas...
ResponderEliminarLas escenas son muy visuales y creíbles y esos derrumbes y maullidos nocturnos, como lamentos gatunos desgarradores, si que le imprimen más carga emocional al relato.
Muy buena leyenda urbana la que has creado Juana. Feliz fin de semana.
Hola, Juana. Pues hay bastante paralelismo con una historia de aquí que por lo visto si fue real, o eso dicen. A una vieja, no como reproche sino literalmente por su edad, la dieron el tirón mientras paseaba por La Alameda. Al ser atendida por los viandantes parece ser que tuvo un ataque de risa mientras el ladrón a toda prisa se alejaba con el bolso de la buena señora. Cuando se le paso el ataque de risa pudo explicar que era un viejo bolso donde llevaba a su viejo gato muerto que no sabía en donde dejar. Me imagino que el ladrón al meter la mano para buscar su botín diera un buen respingo y se le quitaran las ganas de robar a las ancianitas. Saludos 🖐🏼
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