A la memoria de Uri Ruiz,
A la de Federico Tomé,
y a mis hermanos Mónica y Miguel.
O Que
E, O Que E
Apesadumbrada, desconcertada, triste. No entiende lo
que le pasa. Lleva en sus manos una cajita con las cenizas de su compañero
de vida. Y ahora, ¿qué? No más su voz, no más sus pasos, no más sus rezongos.
Un vacío a su alrededor. Eso es todo.
Al llegar a la plaza, se sienta a la mesa de un café
sin saber bien por qué. Acaso el sol, o la frescura del aire. Tal vez no querer
llegar a casa. Está muy lejos de sí misma. Porque el camarero se acercó y
preguntó, pidió un café. Una escena automática: se acerca un camarero y quien
está a la mesa dice «un café, por favor». No hay necesidad de pensar.
En la plaza, dos o tres músicos brasileros se ganan el
día. Oye: «…é un soplo do Creador…». María Bethania la empuja a su infancia.
Todavía oye la voz de su madre callándola cuando toda la familia cantaba a coro
y ella era la única que desafinaba. « Saraaa…». Dejó de cantar hasta en la
ducha.
Siguió escuchando :«Viver, e n~ao ter vergonha de ser feliz/ cantar a beleza de ser un eterno aprendiz/ Eu sei que a vida devia
ser bem melhor, e será/ mais é bonita, e
é bonita».
Algo como despertar a un amanecer, la lleva a ponerse
de pie, y sigue a los músicos cantando: «mais é bonita, e é bonita».
«Vamos viejo, a
cantar otra vez!»
(246 palbs con el título)