Todas las frases en bastardilla son versos de distintas letras de tango.
DOBLE
DE TANGO
«Volver, con
la frente marchita», canturrea en su
mente con amarga ironía.
—Presencialidad discontinua por pandemia —dijo el jefe, y él en plena crisis con
Margarita que según se imagina, debe
estar poniéndole los cuernos con ese profesor de tango que le enseña tantos
cortes y quebradas; eso sí con barbijo. Quiso
darle celos con Marta que nunca le llevó el apunte, pero ahora ni
siquiera la verá en la oficina. Menos mal que desde hace unos días está Toby,
el cachorro que le trajo su hermana del campo. En el peor de los casos no se
quedará solo. El loro es de ella, pero todavía recuerda aquellos tiempos en los
que juntos le enseñaban a cantar tangos, y se reían oyéndolo repetir: «que al mundo nada le importa, yira, yira».
Pasado. Todo es pasado. Sueña con una cerveza bien fría.
Llega. Aquello es peor de lo que imagina.
Toby se abalanza a recibirlo. En el living, los almohadones preferidos de
Margarita están despanzurrados en la alfombra.
—¿Qué hiciste, che? ¿No sabés que nos va a
matar?
Toby mueve las orejas y pone ojos de
“yo no fui”.
Armando oye la ducha y lanza un hola desde lejos. Por supuesto, no hay
respuesta. Vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo, todos manoseaos.
Cerveza en mano se deja caer en el sofá.
El grito del loro lo despierta, «te vi pasar, sonriendo altanera…»
Margarita sale taconeando. Le echa una mirada
despectiva:
—¡Haragán, si
encontrás al inventor del laburo, lo
fajás! Limpiá el desaguisado que hizo tu perro con mis almohadones, y esperame con la comida en la mesa.
—Ya no sos mi
Margarita, ahora te llaman Margot —replica tanto como para tener la última
palabra.
Margarita sale pegando un portazo.
Con bronca busca la aspiradora y
empieza; pero el loro que es de ella, claro que es de ella y no perdona, sigue
el tango: «al campo a cachar giles, que
el amor no da pa´tanto, a ver si se entrevera porque yo ya no lo aguanto…»
—¡El que no te aguanta soy yo, bicho de mierda!
Lo amenaza con la manguera de la aspiradora. El loro salta a la percha más alta de la jaula y se calla.
Terminada una limpieza superficial,
busca la correa del perro y lo lleva a caminar. Los pies lo llevan solos. ¿Cómo olvidarte en esta queja, cafetín de
Buenos Aires, si sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja?
Margarita, muy lejos de encontrarse
con el sospechado profesor de tango, se refugia en su amiga Sonia en busca de
consuelo y le cuenta sus propias dudas:
—Según dicen
las personas de buen gusto, ese esperpento que su amor me ha disputao es un
bagre que a cualquiera le da un susto, si lo encuentra por la noche y
descuidao.
Sonia la tranquiliza. Ella ha
investigado a fondo, y solo se trata de
inseguridades de su marido por celos, por el laburo, por la pandemia. De todos
modos, siempre es mejor mantener al rienda corta y mostrar pilchas nuevas.
--Tranquila, son todos iguales --dictamina Sonia segura de la profundidad de su sentencia.
A esa altura de la noche, Armando está
borracho con la cabeza sobre la mesa del bar murmurando apenas Mozo, traiga otra copa. Toby, sujeto a
una reja, se inquieta. Llovizna. Margarita sale a buscarlo. Sabe muy bien adonde ir. Paga la cuenta y lo ayuda a levantarse. Él, en cuanto la ve, lucha por su
perdida dignidad:
—¡Varón, pa´olvidar agravios porque ya te perdoné!...
Mientras tanto la garúa se acentúa
con sus púas en mi corazón.
Ni bien llegan a su casa, Margarita
retoma su voz de mando:
—Vos, a dormir la
mona en el sofá. Toby a su cucha. Yo, al dormitorio.
—Ya sé, no me
digás, tenés razón, la vida es una herida absurda… —musita
antes de empezar a roncar.
A la madrugada Margarita se despierta
con frío, tiene necesidad de un abrazo. No un abrazo de tango, un abrazo de
Armando en la cama de los dos.
—Ya está —se dice— los dos tenemos frío, los dos tenemos miedo.
Va a buscarlo. Vení,
decime tu condena, contame tu fracaso…
Toby los sigue y se acomoda a los pies de la cama.
El loro duerme con la cabeza bajo las alas.
Chan,chan.
Gracias, Juana, por participar con este relato en la XXV Edición del concurso dedicada a Tom Sharpe y su novela Wilt. Un abrazo y suerte!!
ResponderEliminarMe gusta el relato fluyendo o casi surfeando sobre la ola del tango. Me parece un acierto el punto de vista con la voz narrativa a modo de jefe de pista o maestro de danza, aparentemente ajeno al trajín pero puntualmente atento hasta el "chan, chan" del cierre final. Un buen trabajo, enhorabuena. Un abrazo y haya salud
ResponderEliminar"Los dos tenemos frío, los dos tenemos miedo", me encanta esa frase, Juana, como conclusión del relato. Define por sí sola la relación de esta pareja pese a tanto desencuentro. Muy buena historia. Mucha suerte.
ResponderEliminarUn buen relato en torno al tango. Suerte en el tintero Juana. Un abrazo.
ResponderEliminarA ritmo de tango con frases tomadas de los mismos, nos has dejado un relato escrito como con letra lunfarda que nos describe el mal de amores y el: ni contigo ni sin ti del que muchas parejas parecen dolerse en su relación.
ResponderEliminarun abrazo.
Hola, Juana. Si te digo la verdad, mientras leía acompasaba la lectura al ritmo de la rima del tango. Ingeniosa manera de contar oor uno mismo y por otros los pesares y amores de cada uno. El final reconciliador es muy poético. Buen relato, Juana.
ResponderEliminarUn abrazo.
Encuentro tu relato muy entrañable, hay frases para enmarcar. Muy bueno meter el tango en la historia. Saludos!
ResponderEliminarUna bonita manera de "cantarnos" este relato, Juana. Me gusta cómo trufas la narrativa con letra de tango. Y para rematar ese "chan, chan", al fin y al cabo la vida es un soplo. Buen trabajo, suerte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Me hiciste recordar a mi papá quien amó los tangos de Carlos Gardel caminito que el tiempo ha borrado .... Buen relato. Saludos cordiales desde Puerto La Cruz Anzoátegui Venezuela.
ResponderEliminarHola, Juana. Muy bien intercaladas las letras de tango. El relato tiene ritmo y fluye hasta ese chan, chan maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo
El dulzor y amargor de la vida filtrado a través de la imaginaria danza sensual de un tango. Y es que el frío en la noche es muy malo cuando se ha conocido la tibieza de la buena compañía. Me ha gustado tu relato Juana, con su punto de humor, y entretenido de principio a fin. Buen relato.
ResponderEliminarSuerte y un abrazo.
Recién entro y encuentro varios comentarios. Gracias a todos por los aporte y el ánimo. Tengo problemas para entrar a comentar (felizmente no a leer) en distintos blogs: Ana Pietra, Mirna Gennaro, jvawaj . Trataré de dejar mis comentarios donde dejamos nuestras direcciones de blog. Gracias a todos por leerme.
EliminarNo conozco las letras de los tangos pero puedo imaginarme que todo discurre bajo el guion de la letra de uno que sirve de elemento conductor y la idea me parece fantástica,... te felicito!
ResponderEliminarSugestivo y musical relato Juana. Escrito a ritmo de tango muy acertadamente, en mi opinión, pues le otorga ese punto de sensualidad mientras lo lees, cumpliendo además con las exigencias del reto de provocar el humor. El chan chan final soberbio. ¡Mucha suerte en el concurso!
ResponderEliminarHola Juana
ResponderEliminarUn relato que avanza como la vida misma, con ritmo, en este caso de tango.
Me ha gustado, es natural, fluye y está vivo.
Enhorabuena y abrazos.
Encuentro muy original este lenguaje rítmico que fusionas con extractos de letras de tangos y el contexto narrativo que lo engloba sin estridencias ni falta de coherencia, al contrario todo es armónico y cada pieza ocupa el lugar que le corresponde.
ResponderEliminarComo directora y compositora de esta hilarante comedia musical, te felicito y me levanto del asiento para aplaudirte.
Un abrazo, Juana.
Hola que bueno lo de acompasar relato y tango, que frescas las expresiones, el lenguaje, la historia, el desencuentro, hay tragedia bajo el relato y aun así sonríes mientras lo lees , me ha encantao Juana jajaja un abrazote grande, y suerte en el reto.
ResponderEliminarMe ha gustado, Juana, ese "casi "lunfardo" enhebrado que hace que el relato suene coloquial y cercano a pesar de ocurrir y ser contado desde el cono sur americano. El ritmo y la letra del tango vertebra el relato y lo bifurca en dos dimensiones: la del tango, y la doméstica.
ResponderEliminarEl ingenio y el humor al poder.
Menos mal que no tengo que votar en esta ocasión, porque hay tan buenos cuentos en este encuentro, incluido por supuesto el tuyo, que sería complicada la decisión.
Genial, Juana.
Hola, Juana. Divertida historia de esta pareja que deja en suspense lo que harán al final, aunque ya imagino que bailarán un tango. Ja,ja,ja, un abrazo.
ResponderEliminarHola, Juana. Me ha gustado tu relato; aunque a veces me he perdido con algunas expresiones y palabras. Me parece un gran acierto y sumamente original lo de ir insertando frases extraidas de letras de diferentes tangos. Es interesante la idea de vincular el arte (en este caso, letras de canciones) a diferentes lances de la vida. Felicidades y buena suerte. Un abrazo!
ResponderEliminarHola!
ResponderEliminarLa verdad es que yo lo disfruté mucho. La narración, los diálogos, el ritmo, son geniales.
Muy buen relato!
Saludo
Hola, Juana.
ResponderEliminarUn relato melodioso, como un baile en el que se visualiza guerra e inseguridad. Esta frase: los dos tenemos frío, los dos tenemos miedo. Es extraordinaria, a la vez que define todo este maravilloso escrito. Hermoso, Juana. Enhorabuena.
Suerte, y un abrazo.
Hola Juana, El tuyo es un relato digo de un musical hecho a base de tangos. Muy bien hilvanadas las letras con el texto, acoplándose a la perfección hasta hacer un todo. Te felicito.
ResponderEliminarTe deseo lo mejor en el concurso. Un saludo.
Muy bonito, puede ser tan cierto... Triste, pero el loro canta que es una delicia...
ResponderEliminarMuy buena historia, Juana, a ritmo de tango, ingeniosa hasta decir basta. Yo tampoco conocía las letras de los tangos, pero ese ritmo universal se me ha quedado impregnado mientras leía el texto. Genial propuesta, me encantó.
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Hola, Juana. Yo no conozco las letras de los tangos, pero está claro que son sacadas de la vida, como un eco de la existencia por dos personas compartida. Y el perro y el loro testigos, uno mudo el otro no tanto, de esa vivencia desacompasada que la fuerza mayor vuelve a afinar; el frío une como nadie a las parejas para hacer borrón y cuenta nueva.
ResponderEliminarSaludos y suerte 🖐
Hola Juana, una historia con pasos de tango, qué ocurrente compañera. El perro y el loro tienen también su protagonismo en esta historia de amor de tira y afloja, jeje por cierto, al loro ese hay que ponerle una medalla, como canta por ese pico jajaaja. Muy divertido ese diálogo. Un abrazo, feliz miércoles.
ResponderEliminarDisfruté leyendo tu relato como el mismo título dice a ritmo de tango pasean tus protagonistas por toda la historia.
ResponderEliminarEse perro y el loro testigos de todo tiene su puntillo gracioso.
Un abrazo Juana.
Puri
Qué historia tan buena a ritmo de tango, lo cual es una dificultad añadida y un mérito considerable.
ResponderEliminarAl final todos juntitos, la pareja, el perro y el loro, como debe ser, aunque al principio la cosa pintaba mal, je,je.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo.
Cómo ondea todo el texto a ritmo de tango donde Margarita dirige las puyas del desencuentro como pareja. El perro está de lado de Armando y se toma su venganza con los cojines de Margarita, pero el loro, el loro es de ella. Doble tango, no podías haber elegido mejor título para este relato. Al final la frase más emotiva y sincera, de esas que salen del alma y así llegan al lector: los dos tenemos frío, los dos tenemos miedo. pone un broche de oro a tan bello texto. ¡Felicidades y suerte en El tintero!
ResponderEliminarMuy buena y sorprendente historia.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo.
Ouch, que bailar tango con desconocidos no es respetar la distancia social, jaja.
ResponderEliminarMargarita se está portando mal, al parecer, pero no. Los malentendidos en una pareja pueden hacer estragos.
Buen final, chan, chan. Mucha suerte en el concurso.
Qué original esto de hacer un relato a ritmo de tango. Me ha gustado. ¡Suerte con el concurso!
ResponderEliminarGenial relato tanguero de los desencuentros de la pareja y sus mascotas para acabar todos juntos,fusionados en el calor de un abrazo reconciliador. Chan Chan. Muy bueno. Un saludo y suerte en el Tintero
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