El mundo no la esperaba, acostumbrado como estaba a las
guerras y a los avances científicos que curan casi todo. Pero llegó como un cometa violento y apresurado, de elipsis
irregular, que envolvió la tierra. Su cabeza brillante nos empujó al
aislamiento, nos tapó la boca para el diálogo y como premio nos dejó la
brillantez de algunos dispositivos.
Oh, alegría! Pudimos hablarnos, escribirnos y hasta vernos las caras. Pagar cuentas, trabajar, saludar en fechas olvidadas, desesperarnos por el mal de un ser querido, ni hablar de su muerte. Era genial, no había que poner el cuerpo.
Estábamos más pendientes de ellos que de cualquier mascota.
Entonces aparecieron las noticias del
mundo entero; infinitas publicidades nos acercaban todo al hogar. Trocitos
de piezas musicales, de poemas, recetas de cocina; fotos de amigos y parientes de cuando teníamos
otras caras, otros kilos, otro cabello, otra sonrisa, y hasta otro compañero.
Supimos de casamientos y divorcios de ignotos personajes, y nunca estuvimos tan
cerca de las realezas del mundo. Imágenes e historias que duraban segundos
y desaparecían. Imposible volver a hallarlas a no ser que muchos, muchos,
las hubieran acompañado con el signo de la mano imperial pulgar hacia arriba, o aquel corazón rojo que no comprometía ningún
amor.
Al cabo del día la
cola del veloz cometa se deshace en polvo en la oscuridad. De cuanta
información creímos tener, no nos queda más que algún rostro querido grabado ya desde siempre en el alma.
Y en ese polvo deshecho en el cosmos, de pronto nos diluimos
también nosotros mismos, sin meta ni propósito, sin más deseo que volver a la
red buscando la ilusión de existir. Eso sí, siempre lo más rápido posible, con
la fugacidad de un cometa.
Definición celérica y apropiadísima del suspiro que suponen las demagogias de la red y el navegar. Cómo La Historia se repite : En El Imperio Romano, pólex arribotas o a los infiernos; en la actualidad sigue el mismo pólex a las nubes o al tártaro...¡ah amiga....PERO EL CIRCO SIGUE SIENDO EL MISMO! Muy ingenioso J u a n a
ResponderEliminar¡A Tus Pies!....J u a n.🕵️♂️
Hola, Juana, buenísimo, una metáfora preciosa de lo que son las redes. Muy bien narrado y perfecta la comparación. Te felicito.
ResponderEliminarMuchas gracias por participar en el microrreto.
Un abrazo. :)
¡Hola! Que buen texto, por favor. Enhorabuena. Somos polvo de estrellas y como tal nos diluiremos en algún momento, pero traerlo a colación de las redes ha sido una genialidad. :D :D
ResponderEliminarSaludos. AlmaLeonor_LP
Fantástico micro relato Juana, en ese mundo paralelo nos traslada a otra dimensión donde las redes sociales forman parte de la existencia.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
Me encantó todo de tu relato, el lenguaje, las metáforas empleadas, lo certero de la crítica que se asoma entre las líneas. En realidad que así fue todo lo que nos pasó con la pandemia y todavía seguimos con los malos hábitos adquiridos durante ese tiempo nefasto. Enhorabuena.
ResponderEliminarHace muchos meses que no puedo entrar a comentar en wordpress. Eso no quiere decir que no lea los trabajos que se publican en ese blog, empezando por el tuyo. A veces dejo algún comentario en el correo del mes del Tintero, pero en muchas otras se me pasa. Me gustan siempre tus relatos y "Sam Corazón de Silicio" sigue dando vueltas y buscando su forma. Cuando la halle, lo sabrás. Un gran abrazo
EliminarHola, Juana.
ResponderEliminarLo has descrito maravillosamente. Gracias a las redes pudimos formar parte de un mundo que en esos momentos estaba pausado, no sentirnos tan solos, poder trabajar, seguir adelante de algún modo; pero también está la crítica que es exacta, al final del día nos llega tanta información que muy poca de ella se conserva, reseteamos en exceso y eso también es peligroso.
Un beso.
Muy buen relato, muy buena reflexión. Enhorabuena.
ResponderEliminarHola Juana, has descrito la pura realidad del mundo de hoy. Un laik a toda prisa, una publicación o vídeo y a correr que no da tiempo de acudir a todos. Qué triste la verdad en lo que nos hemos convertido. Un abrazo
ResponderEliminarExcelente relato, la realidad que nos ha tocado vivir como mundo entero, te felicito, un abrazo.
ResponderEliminarPATRICIA F.
Estupendo, Juana. Un micro que atrapa muy bien la fugacidad y la insustancialidad de las redes y el modo en que nos dejamos hipnotizar por algo inexistente. Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarBuena metáfora para explicar como funciona nuestro mundo y las redes sociales. Saludos!
ResponderEliminar¡Hola Juana! Una redacción muy poética sobre los momentos que vivimos durante la pandemia y cómo las redes nos ayudaron a tener a otras personas cerca y a despejar la mente con canciones, series, libros, etc, que eran compartidos a través de este medio.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy buena punzada lo de " ni hablar de su muerte". Ami no se me murió nadie en una residencia, pero... " telita".
ResponderEliminarAhí quedó el teletrabajo, para el que le guste, que yo no porque mi trabajo no se puede hacer tele. Pero ya te digo que no me gustaría , aunque sea cómodo, me parece una invasion.
La verdad es que le proporcionó una nueva dimensión a las redes.
Abrazoo
Qué gran metáfora. Excelente relato, Juana. Y además, no exento de buena crítica. Me ha gustado mucho. Abrazo.
ResponderEliminarHola Juana, muy bien reflejado en tu relato lo que son las redes.
ResponderEliminarUn saludo!
Hola Juana, si es cierto que somos polvo de estrellas. Pero la rapidez asusta ya que en segundos seremos nada. Bien escrito. Un abrazo.
ResponderEliminarQué bien has recogido en unas líneas la filosofía de toda esta tela de araña en la que nos hemos metido voluntariamente y nos ha atrapado en alguna o muchas de sus versiones.
ResponderEliminarMe ha encantado tu micro.
Un abrazo.
Hola, Juana, qué buen relato lleno de poseí, metafora y mucha mucha filosofía. Se dice que olvidar nuestro pasado nos condena a repetirlo, y esta nueva manera de vivir nos condena a dejar de usar la cabeza y por ende convertirnos en seres desmemoriados al son de lo que quieran los mostrar los datos, o los restos que queden de esa cola de cometa.
ResponderEliminarFantástica propuesta, compañera.
Un abrazo
Hola Juana. Prosa poética para poner de manifiesto la fugacidad del mundo moderno, todo va deprisa, en cuanto disfrutamos un estímulo ya estamos pidiendo el siguiente, no hay tiempo para parar a recrearse en las cosas. Cuanta verdad. Un abrazo.
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